Está ubicado al sur del departamento del Huila sobre el majestuoso relieve de los Andes colombianos, específicamente en la cordillera oriental a 1730 metros sobre el nivel del mar, en las estribaciones del ponderado macizo colombiano desde donde fluye la más significativa riqueza hídrica de Colombia.
Las primeras noticias de estos vestigios se remontan al año 1758 cuando Fray Juan de Santa Gertrudis visitó el lugar, pero solo hasta 1913 fueron investigados científicamente por el arqueólogo alemán K. Th. Preuss. Desde entonces han sido objeto permanente de investigación destacándose los trabajos de José Pérez de Barradas en 1936, Gerardo Reichel Dolmatof en 1966 y Luis Duque Gómez desde 1943 hasta hoy.
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